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jueves, octubre 26, 2006

LLEGO EL HOMBRE A LA LUNA?


En 1978 se hizo una película con la historia del primer vuelo tripulado a Marte. Los astronautas fueron trasladados a una base secreta con un decorado que simulaba el Planeta Rojo y desde el que se televisó al mundo entero la gran aventura…, de pega. Era el argumento de una película ...pero son muchos los que creen que algo parecido ocurrió en las misiones Apolo.

El director norteamericano Peter Hyams fue quien rodó en 1978 “Capricornio Uno”, la historia del primer vuelo tripulado a Marte. El argumento señala que los responsables descubren momentos antes del lanzamiento un fallo de mantenimiento que obliga a evacuar a los astronautas para que no mueran en el espacio, aunque oficialmente la nave despega. Los astronautas son trasladados a una base secreta con un decorado que simula el Planeta Rojo y desde el que se televisa al mundo entero la gran aventura.

Hace ya casi 35 años, la quinta parte de la población mundial pudo contemplar a través de la televisión cómo Neil Armstrong descendía del módulo espacial “Águila” y pisaba la superficie lunar mientras exclamaba: “es un pequeño paso para mí, pero un paso de gigante para la Humanidad”. ¿Sucedió de verdad o se trata de uno de los mayores fraudes de todos los tiempos?

La polémica existía desde hacía tiempo pero explotó a nivel mundial a raíz de un programa titulado “Teoría de la conspiración: ¿realmente descendimos en la Luna?” emitido por la cadena estadounidense Fox en febrero del 2001 y discutido desde entonces en mil y un foros de Internet. En este documental se recogía la opinión de investigadores como Bill Kaysing, quien trabajó como redactor técnico en una empresa relacionada con las misiones Apolo entre 1956 y 1963, o el periodista James M. Collier, que llegaron a conclusiones sorprendentes tras analizar exhaustivamente el material fotográfico de la Agencia Espacial Norteamericana.

En su opinión, la NASA y la DIA (Agencia de Inteligencia de la Defensa) organizaron el falso alunizaje del Apolo XI y sus misiones sucesivas para ganar la guerra de propaganda a la URSS tras la promesa que el presidente John Fitzgerald Kennedy hiciera en 1961 de llevar un hombre a la Luna y devolverle sano y salvo a la Tierra antes del fin del decenio. Según Kaysing entre 1956 y 1963, el estudio de viabilidad elaborado por la propia NASA reducía a un 0,0017 por ciento las posibilidades de éxito y, en su opinión, era imposible que sólo seis años más tarde se alcanzara el 100 por ciento.

Otro estudioso llamado Ralph René también opina que la tecnología era en aquella época insuficiente para afrontar el reto. Por ejemplo, el grosor mínimo de la nave espacial debería haber sido de dos metros para impedir que la radiación cósmica “cociera” literalmente a los astronautas.

¿Qué pasó entonces?

Lo que en realidad sucedió, según estos investigadores, es que se lanzó un cohete Saturno V vacío y luego se tomaron fotografías y películas falsas en el interior de una cueva preparada al efecto en Nevada, EE.UU. Los astronautas habrían “regresado” a la Tierra a bordo de una cápsula que un avión del ejército dejó caer sobre el océano para que posteriormente fueran recuperados oficialmente.

En cuanto a las fotografías aportadas por el Apolo XI y sus misiones posteriores, revelan datos chocantes. Una de las más famosas es la suela de la bota de Armstrong impresa sobre la arena lunar como si fuese la huella dejada en la arena mojada de una playa. Sólo que en la luna no hay, que se sepa, agua en estado líquido y por tanto esa huella es imposible: la arena lunar se parece más a la de las dunas de un desierto donde una bota jamás quedaría impresionada con ese detalle.

Otra foto conocida es la tomada por el “Águila” a 95 kms. de la superficie: proyecta una sombra recortada que en teoría corresponde a este módulo, pero ningún avión volando a esa altura genera sombras tan grandes ni definidas. Muchas otras imágenes muestran extraños efectos de iluminación que sugieren la existencia de varios focos y no sólo de la única luz que se supone había: la del Sol. Y en ninguna se observa una sola estrella en el cielo, pese a que según la directora del observatorio londinense de Greenwich María Blyzinky deberían ser claramente visibles ante la inexistencia de atmósfera.

Hay anomalías aún más espectaculares, como la del módulo lunar del Apolo XIV que, según se aprecia, no produjo ningún cráter entre sus patas al alunizar pese a que debió levantar una considerable cantidad de arena en la maniobra. Aún más, debajo justo del módulo hay una pisada…, ¿de quién, si se supone que llegó a un lugar donde nadie había estado antes?

Collier aporta otros datos sospechosos: Grumman Aircraft, la empresa encargada de la construcción del módulo lunar, “perdió“ los informes históricos de su mayor éxito técnico. Y hace referencia al misterio del transporte del Vehículo Espacial Lunar utilizado en las misiones Apolo XV, XVI y XVII que oficialmente fue transportado en una sección del módulo…, en la que no encajaba porque era por lo menos dos metros más largo y no cabía.
Finalmente: ¿por qué ondea la bandera de EE.UU. en la Luna, si no hay viento? Según la NASA, los astronautas enroscaron un poco la bandera antes de clavarla, lo que provocó ondas que se disiparían en segundos en la Tierra pero no en la Luna, precisamente por la ausencia de atmósfera.
Los incrédulos no estaban convencidos de la explicación pero, para terminar de complicar las cosas, la Agencia Espacial anunció la contratación de un científico independiente que elaborara un libro despejando todas las incógnitas y poco después se lo pensó mejor. Decidió que no merecía la pena refutar las acusaciones. Rompió el contrato…, y volvió a disparar todos los rumores.

Los expertos dicen ahora que dentro de pocos años –tal vez una década- estará lista la tecnología adecuada para efectuar el primer viaje humano a Marte. ¿se habrá cerrado entonces la polémica sobre la realidad del primer viaje lunar?

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